Revisemos nuestra forma de entregar, nuestra forma de hacernos junto a los “otros”, nuestra forma de ser humanos, revisémonos en los pasos que vamos dando para acercarnos en el día a día, recordemos como hemos dado, como nos hemos dado y como queremos seguir entregando para poder vivir y no sólo sobrevivir en esta jungla que se torna cada vez más hostil y que nos aleja segundo a segundo de la idea de que es nuestro hogar.
Hemos dado muchos pasos al desencuentro, pasos largos y rápidos que no han sido ejercicio de una reflexión sobre el bienestar de ninguno de los seres que poblamos el planeta. Algunos dirían que los beneficios han recaído sobre unos pocos, pero la verdad es que mirar el dinero y los “beneficios” que él trae consigue sería mirar de forma mediocre el mundo, ya que lo que puede generar el dinero sólo reside en lo material y no en lo que debería importarnos que es lo fundamental después de todo, el respeto en la convivencia, el amor que nos mueve, y la conciencia que ya no todos ni cualquiera posee. Recuperémonos en un abrazo que deje fuera todo cuanto es mezquino con nuestros anhelos….
Ya no quiero ser vecina del auto perfecto, ni de la casa ideal, ni del plasma de ultima generación, quiero vivir cerca de ti, conocerte, ayudarte si lo necesitas y no temas porque me acerco a ti, no quiero tener dificultad para ver entre los barrotes de tu reja, al contrario quiero que nuestros jardines se unan para ser un prado para nuestros hijos, nuestros amigos, nuestras familias….
Compartamos antes que la vida nos deje, reconozcámonos antes de morir sin saber donde estuvimos…
