jueves, 12 de diciembre de 2019

Mi entrega










Siento que mi pecho se abre, la pena empujó un tiempo, pero algo me ayudó a contener la respuesta aprendida y me quedé en silencio un momento, no lo convertí en grito, sentí como golpeaban mis sienes por dejar salir el dolor, pero soporté el ahogo, toleré, no lo tragué, sólo conté mil veces diez y logré que las lágrimas salieran puras, como lo tenían que hacer.
Desde ahí estoy hablándote hoy, desde esa pena negra que he cargado desde que me negaste tu regazo.
No tengo promesas que darte, mis anhelos se perdieron buscando los encuentros contigo. Lo intenté mamá, más no pude dejarme ir en el cauce en el elegiste ponerte. Lamento no haber podido salvarte, quise hacerlo, desde que te vi herida frente a los golpes y los insultos, quise sacarte de ahí. Pasé años buscando un modo, pero no tomaste mi mano. Te fuiste detrás del dolor.
No he logrado entender cómo el daño te ha transformado, tu emoción me hizo mujer y hoy fruto del vientre que hondamente me significa no puedo arrojarme en tus aguas. Hoy mis hijas me buscan y no puedo dejarlas, no quiero cargarles el dolor de no identificarse con quién las parió. Quiero que me vean y les provoque desplegar sus alas y su valentía. Seguirte a ese rincón oscuro me lo impediría.
Te he perdido y con ello algo de mi también se pierde, sé que no me escuchas, sin embargo guardo la secreta esperanza de que aún me sientas. Y sepas que aunque te abandono, mi amor por ti trascenderá la vida y estará contigo hasta que tu dejes de sentirme.

Vieja, al final no somos más que galaxias explotando una y otra vez en el universo, en uno de esos encuentros te veré otra vez. Y ahí espero alcanzar tus manos para que vengas y te cargues en mí para abrazarte como tanto quise hacerlo en esta vida.




miércoles, 25 de septiembre de 2019







Es difícil quererse a uno mismo cuando se ha vivido en un entorno tóxico por mucho tiempo, uno adopta ciertos mecanismos de defensa que sirven para que no duela tanto el cotidiano; sin embargo nunca se logra esquivar todo y de alguna manera se cuela hacia nuestro interior y logra confundirse  con quien somos

Uno se pierde fácilmente en los caminos del ego y la moral que tanto castigan el sentido profundo de una vida consciente y reflexiva. Una vida amorosa(desde el sentido más pleno del amor) no es compatible con la sistemática e idiotizante rutina en la que hemos convertido nuestra existencia,  una vida que ha perdido el sentido en la automatización de las interacciones más valiosas, los seres humanos hemos reemplazado el sentir, por el hacer o más bien el producir. Hemos olvidado la importancia de la existencia contemplativa que nuestros sabios ancestros alguna vez valoraron.

Cuando una es niña, se emociona soñando el mundo de posibilidades que existen en la vida adulta. Ignorando lo realmente complejo que es transitar hacia esa edad sin ser dañada, arrastrar heridas inconscientemente muchos años, a riesgo de no lograr notarlo o incluso notarlo y no saber sanar.
Convulsionamos a tal punto las emociones que terminamos disfrazando la pena en rabia, pues no queremos mostrarnos vulnerables, porque mostrar debilidad no es valorado en este mundo, porque si te muestras tímido te aplastan, porque si eres amable se aprovechan, porque si eres tierno se burlan, porque si eres reflexivo eres hippie atípico que no funciona ni encaja en estos tiempos, porque querer detenerse y replantearse es "perder el tiempo", porque querer salirse de esa rutina es una utopía que no tiene cabida, porque la máquina te alcanzará igual, porque nos llenan de miedo progresivamente y todo se convierte en un peligro, porque sentir no es productivo, no te paga la vida ni te remunera y si no se traduce en plata es inútil. ¡Que perdidos estamos!, hay tanto dolor, que cada uno termina validando su egoísmo como si eso nos fuera a proteger de el colapso que inevitablemente viviremos.
Debemos caer, es urgente que entendamos que para sanar hay que estar necesariamente en un entorno amoroso, que cobije, que apañe, que acompañe y comprenda que la ternura en definitiva es el único camino que puede rescatar a la niña que olvidamos, que borramos con nuestras acciones mecánicas, que la ternura es la única forma de des-programar nuestro cuerpo para enseñarle que las estructuras no deben ser rígidas, que la humanidad necesaria para re-conectar con la naturaleza de nuestro espíritu está básicamente en volver a sentirnos, escucharnos, amarnos y respetarnos y de la misma manera a los otros.

Volvamos a nuestra infancia y rescatemos nuestro futuro sanando y reconciliándonos con nuestra historia. Dejemos de castigarnos y culparnos y volvámonos responsables de nosotros mismos. Asumiendo sin miedo que nada, absolutamente nada es tan duro como para no transformarse.
Recordemos que el universo entero esta en una sola célula de nuestro cuerpo y que por lo tanto podemos cambiar nuestro mundo si nos cambiamos a nosotros mismos....


Necesitamos lograr callarnos, para que cuando encontremos el verdadero silencio podamos escuchar lo que verdaderamente importa.

martes, 7 de febrero de 2017

Inseguridad 


El primer golpe es un llamado, si tu primer impulso es defenderte lo harás toda la vida y si no aprenderás a actuar a través del miedo. El primer golpe es un insulto, algo que te incomoda, que sabes que no está bien, pero que sin embargo no sabes si corregir o reír o enojarte  porque al parecer a nadie  más le incomoda y sin embargo para ti sigue sin estar bien. 
Pero todo significa que debes atreverte, salir de ese estado de pasividad y enfrentar algo que no sabes si puedes enfrentar porque se ve duro, complicado.
Tu yo actual te recomienda actuar, como sea y ante todo actuar porque si te quedas estancada te mueres, porque si te dices que algo va a cambiar después, te mueres porque la verdad sin adornos es que si piensas que la solución depende de otros, estás jodida. 

El amor de reproduce hacia ti, tal como tú se lo das al universo y si tú dejas de amarte y permites que digan que no eres capaz, o que peor aun las circunstancias te ayuden a pensar eso de ti misma nunca vas a salir de ahí, y morirás así, con esa pena y ese miedo que no te deja vivir como tú alguna vez quisiste. 

El primer golpe puede venir de muchos lugares, tus padres, tus amigos, alguien que no sabe quien eres, alguien que te envidia o quizás de ti misma, lo importante es que independiente de donde venga ese golpe sepas que si no actúas, tu vida dejará de ser tuya y se la regalarás al miedo. 







viernes, 7 de marzo de 2014

Divagaciones de una mujer histérica.


Esta pasión me tiene abandonada, extraño escribir.  La maternidad me robó un poco el cuerpo y sin brazos no logró nada. Mis manos atienden a mi hija, mi cabeza está en otro lado, es constante.Ahora escapé un poco de la urgencia de mi pequeña y a pesar de sentirme agobiada por la falta de tiempo, estoy sentada pensando en qué puedo estar olvidando.

Pues bien un salto al vacío y aquí estoy, intentándolo! Y es como si la vida se nos va en el intento. Pareciera ser que eso es todo, un intento de lograr, un intento de ser, un intento de encontrar, porque casi sin darnos cuenta vamos cambiando a diario y con cada sol aparece algo nuevo que fijamos más adelante como un proyecto.

Mejorar, ser feliz, comprar una casa, plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro, metas, metas, más metas, y mi cabeza agobiada quisiera encontrar la forma de dejar de pensar y cuál monje tibetano llegar a tener la mente en blanco. Me imagino que lo miedos son los que nos llevan a  inventar tanta cosa, tanta responsabilidad y todavía no veo para qué, tener un trabajo, pagar las cuentas, llevar un estándar de vida, tener un titulo universitario, y cómo si eso bastara, ahora un titulo no basta, hay que tener magister, doctorado, diplomado y cuanto titulo exista encima para que se nos valore y poder cobrar más que sólo el mínimo, para ser respetado hay que ser "alguien", pero cómo si yo soy alguien, quizás no soy quién tú esperas que sea, pero soy quién he llegado a construir con todas las vicisitudes y presiones que hemos inventado, no es poco creo yo!?

Salgo de mí un rato, cambio un pañal vuelvo, y sigo intentándolo. Si recuerdo sus ojitos, siento que todo lo puedo, pero me canso, me asalta entonces una duda, tengo derecho a cansarme? creo que me han dicho que no, y ahí viene domesticidad, no hay nada más agotador que sentir la espalda hecha bolsa y tener que hacer camas, lavar platos, recoger ropa sucia, echar a andar la lavadora, y sí como no, limpiar los pisos....estoy cansada, pero sigo con esto qué les decía sobre intentar, hay que seguir adelante, todo sería muy sencillo si no, pero caótico, porqué quién haría las labores de la casa? uy suciedad, eso si que no. Ahí es dónde empiezan las enfermedades, los virus y con una nena no se puede. Mejor sigo limpiando y mientras limpio pienso, me quiero dar una oportunidad, quiero alcanzar esa meta de cuando era una quinceañera, quiero ser socióloga. Me permito la licencia, pero a poco andar me siento cansada. Debo dormir para alcanzar a la hora de mi primera clase. Uf! levantarse por lo menos tres horas antes de salir en la mañana, porque debo dejar todo en orden en casa, dejar a mi nena en su jardín, y luego pensar en ir a lo mío....es mucho trabajo, pero vamos que se puede, soy mujer y las mujeres somos fuertes, pero qué va, tengo sueño y con eso no puedo engañarme, siento desde el parto una necesidad loca de dormir, como antes, " a pata suelta" y no lo consigo, antes era porque mi nena era muy pequeña entonces dormía con un ojo abierto y el otro cerrado, a media noche despertaba y la iba a sentir respirar, o cambiar el pañal para ver si estaba tibia. Luego la cambié de pieza. Su independencia era realidad, recuperaría mi vida intima y podría dormir tranquila. No pude. Me levantaba cada hora a verla, mirarla, saber si estaba bien, si se había caído de la cama, si tenía miedo de la oscuridad o si estaba tapada o tenía frío. Y puedo contar que hasta hoy no puedo, me suele la espalda, me duele el cuello, y cuando despierto siento que quiero acostarme porque no descansé. No me queda tiempo, quiero escribir, eso es seguro, quiero ser socióloga, eso es seguro, quiero viajar, por Dios que eso es verdad, pero por sobre todo daría un brazo por dormir y despertar sabiendo que puedo y quiero intentarlo hasta que ya no haya más nada porqué hacerlo y todo porque logré descansar y soñar un sueño de esos que tuve siendo una niña =)

jueves, 11 de julio de 2013

Inocente caminar

No nos damos ni cuenta, pero tod@s cambiamos. No es algo que se cocine en un día, no es como decir hoy me acuesto así y mañana seré de esta otra forma, es algo más profundo que tiene que ver con el aprendizaje del que fuimos capaces de tener en nuestras pequeñas existencias, en nuestras absurdas circunstancias, en nuestras milagrosas vidas. 
Cada día es un milagro, abro los ojos y descubro una nueva posibilidad de ser mejor, de cambiar lo que he hecho mal. Sin embargo y me hago cargo  de esto, a veces uno desperdicia tantos milagros, tantas oportunidades!, ya ni siquiera recuerdo cuantas veces me he levantado mal humorada, cuántas veces que querido que termine el día por mi fatalismo temprano y cuántas otras he detestado a mis hermanos criticándoles quizás lo mismo que poseo, la ceguera, el egoísmo, los temores, la competencia. Me pregunto de qué dependerá que podamos avanzar en la dirección correcta sin desperdiciar tantos momentos, y disfrutando lo que la vida nos regala, de qué dependerá que podamos tener esa lucidez antes, y a veces también me he equivocado al pensar que el dolor es lo que nos detiene, pero al fin he comprendido que hasta el dolor hay que saber vivirlo, porque es parte de la magia porque sin sentirlo no podríamos saborear la felicidad. 


Extrañar nuestras pérdidas, sufrir en el dolor, agotarnos en el cansancio, dormir con sueño, reír con alegría, agobiarnos con el stress, ahogarnos sin aire, llorar con pena, y no desperdiciar UN SOLO sentir, sino que vibrarlos, pulsar a través de él. Para que algún día nuestras arrugas y nuestras canas hablen realmente de la vida que tuvimos, para que algún día nuestros ojos reflejen aquello que guardamos dentro, esos recuerdos intensos de lo que hemos construido a lo largo de los años, trascender en la memoria de los que amamos con bellos y sublimes momentos que regocijen a quienes dejamos cuando ya no estemos para abrazarlos.

Cambiarnos porque queremos que el mundo cambie, y como dijo Ghandi debemos ser ese cambio que queremos ver en el mundo....



Queda tanto por descubrir aún, tanto! 







lunes, 8 de julio de 2013

Reconocimiento







Estaba sola frente al espejo, desnuda, cuando un golpecito en su vientre iluminó sus recuerdos, esos recuerdos donde aquél amor que descalabró su fundamento revolucionario frente a la sociedad patriarcal, le hacía el amor, tiernamente y se dejaba llevar por lo que en ese momento era lo más importante, ese pulso acelerado que está en la piel y que los tenía enlazados y atrapados en la pasión que se sentían, ese amor que convertían en besos, en olfateos, en caricias que los elevaba por sobre todos los problemas.  Y ahí, justo en ese recuerdo lo supo, ahí ¡la concepción!, la consciencia del momento exacto en que ella dejó de estar sola y se convirtió en algo más.

No existía otro momento más que ese en su cabeza, ¿era posible saber con tal exactitud el instante de la concepción?, no sabía, sin embargo  su seguridad respecto a ese recuerdo lo completaba todo para seguir.

viernes, 5 de julio de 2013

¿Quién está listo?

¿Quién está listo para morir? , ¿Quién podría decir que está listo para retirarse del juego?
 Si un simple ejercicio de la memoria, medio nostálgico, medio inmaduro, pero muy real me deja con ganas de cambiar tantas cosas hechas, terminar algunas que han quedado incompletas, muchos perdones que nunca mencioné, errores que enmendar, promesas que no cumplí, lugares a los que no fui, locuras que no cometí....temores que hicieron que pasara el vídeo lentamente como si fuera un ensayo,y  a la larga con muchos momentos de conformidad más que satisfacción, con momentos de felicidad plena que me hubiese gustado extender, con momentos de placer culpable que hasta hoy me causan vergüenza por lo adictiva de mi personalidad. Sin embargo esa es la parte que menos duele, como seres materiales imaginarnos sin la luz de nuestros amados nos hace casi imposible respirar, no saber qué es lo que hay más allá...hacia dónde vamos?.




No he estado cerca de la muerte y hoy lo pienso porque mi viejo, aquél que pensé que sería eterno ha enfermado. Y el camino se pone pesado, no es imposible, pero hay una posibilidad de perder también. 

Un instante y el silencio me agobia. No hay más que dolor y pena, esa gran pena de la pérdida, esa pena de no poder abrazar, de no poder reír o discutir más con alguien al que amas inconmensurablemente. Y eso es sólo imaginarlo, no hay posibilidad de que el cuerpo tolere aquello. No, mi viejo no!